El Libro Prohibido by Christian Jacq

El Libro Prohibido by Christian Jacq

autor:Christian Jacq [Christian Jacq]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: prose_history
ISBN: 9788408157823
Goodreads: 30558016
editor: papyrefb2tdk6czd.onion
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


17

Sobek se sentía incómodo. El jefe de la policía de Menfis no tenía costumbre de frecuentar los templos, aquellos territorios inviolables, y se preguntaba cuál sería la manera de abordar aquel mundo del cual lo ignoraba todo. Incapaz de dar con una buena manera de hacerlo, decidió comportarse como solía mientras entablaba conversación con el portero principal.

—Policía. Deseo ver a la superiora.

—La superiora...

—De manera urgente y acuciante; más vale ser discretos, ¿verdad?

—¡Desde luego! Alertaré a un responsable.

Un ritualista fue a buscar a Sobek y lo condujo a una sala de paredes desnudas iluminada por una ventana alta.

Una mujer mayor, con rostro decidido, lo aguardaba.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Busco a una fugitiva —explicó Sobek—. Se llama Sejet y pertenece al cuerpo de ritualistas de vuestro templo. ¿Acaso no se ha alojado recientemente en él?

—Así ha sido.

—¿Es posible que os haya contado... sus secretos?

—Conforme a sus funciones —señaló la superiora—, participó en unos rituales.

—No lo dudo, pero ¿no os ha hablado de su situación?

—No me ocupo de los asuntos del mundo exterior. Mi deber consiste en satisfacer a la diosa Sejmet.

—¿No mencionó la dama Sejet graves preocupaciones?

—Sólo le inquietaba una cosa: cumplir de manera impecable con el oficio.

—Lo entiendo perfectamente —observó Sobek irritado—. Dadas las circunstancias, es probable que...

—¿Acaso ponéis en duda mi palabra?

—¡Desde luego que no! Sin embargo...

—¿Sin embargo?

La autoridad de la superiora dejaba sin recursos al jefe de la policía, que tenía costumbre de hostigar a los sospechosos. No obstante, ella podía proporcionarle una respuesta decisiva.

—Cuando Sejet abandonó el templo, ¿os dijo adónde se dirigía?

—No.

Las esperanzas de Sobek se vinieron abajo.

—¿Os importa que... insista? El más mínimo detalle me resultaría de utilidad.

—Lo siento, no puedo daros ninguno.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.